Mi compartir semanal va a ustedes desde el frío y el resfrío que ya les presenté en mi pasado compartir. Ahí lo presenté de llegada, ahora lo hago de salida. Por eso, para que no les llegue algo de los virus que me acompañaron, me limito a contarle que resfriado y todo, tuve una semana hermosa, gracias a Dios. Todo fue difícil y a media voz en el cerro, el Domingo. Todo se fue arreglando luego, En particular destaco la eucaristía de la comunidad del lunes, con la que iniciamos un tiempo de vacaciones en el colegio y de cierta dispersión nuestra.
El martes, almuerzo en casa de José Miguel Carrera, a quien conocí como estudiante de Pedagogía en Historia, y que hoy es un maduro educador e historiador, que se proyecta como pedagogo en su hija Carolina y como historiador, en su hijo Leonardo. Un momento grato de vida familiar. El miércoles, sigue el frío y el resfrío, y el partido Argentina-Holanda. Les adelanto, para mañana, que como hijo de la Patria Grande, quiero que gane Argentina; pero que en una tómbola entre los profesores, aposté por Alemania. O sea de todos modos estaré celebrando algo. El miércoles, termino compartiendo el encuentro mensual con los Salesianos Cooperadores.
El jueves, notable, una visita al dentista y luego, viajar a Santiago para poder estar tempranito, en el Colegio “Laura Vicuña” el viernes en la mañana. El viernes, animando el retiro de esos educadores, en compañía de las Hnas Berta Castillo y Juanita Uribe, siento que molesta el resfrío, pero que es más fuerte la buena acogida y la linda experiencia vivida con esos hermanos. Volví mejor a Valparaíso, para encontrarme “en camino con Jesús según Mateo”, que terminó olvidándome del porfiado resfrío, que definitivamente va quedando atrás.
Hoy sábado una mañana hermosa, como clima y como experiencia, compartiendo con unos 100 agentes pastorales de un decanato de Quilpué este tema-experiencia: “Encuentro con Cristo en la Palabra”. Se pueden imaginar cómo lo disfruté. Espero que también haya sido una fecunda experiencia para ellos. Fue un encuentro al que me invitó nuestro hermano Ricardo Cáceres, quien dejó de misionar Monzambique para misionar por estos lares, mientras acompaña a sus padres ancianos y, la mamá, enfermita.
Dios me regaló además la alegría de encontrarme en este encuentro, con el Diác.Luis Romo, quien me llevó del Colegio al lugar del enuentro. Y allá, con un antiguo amigo de los años 70, Jorge González, por entonces discerniendo su vocación, y ahora viviendo, siempre, muy cerca de la Iglesia su jubilación de la PUC, en Quilpué.
Él me devolvió a casa, donde ahora estoy, bien abrigadito, terminando este compartir y espero que también, el resfrío que ya cumplió su ciclo. Así, espero mañana viajar sin problemas a integrarme en los ejercicios espirituales anuales, que realzaré, Dios mediante en Lo Cañas, animador por el P. Bartolomé, biblista, que fue el primer secretario del P. Pascual Chávez, en su período de Rector Mayor. Acompáñenme, pues, con mucha oración. Gracias.